Menú web 
Categories Menu

Publicado por el 24 Mar, 2017 en DESTACADO PORTADA, Ciudadanos, Tu farmacéutico informa

Día Mundial de la Tuberculosis

Día Mundial de la Tuberculosis

El Día Mundial de la Tuberculosis que se celebra cada 24 de marzo, promovido por la OMS, hace un llamado a los gobiernos, a las comunidades, a la sociedad civil y al sector privado para que unidos pongan fin a la enfermedad  a través del trabajo colectivo y colaborativo, ya que la tuberculosis junto con el VIH son las principales causas de muerte entre las enfermedades infecciosas en el mundo. Cada año mueren 1,4 millones de personas por esta enfermedad. En España, el número total de casos registrados en 2015 fue de 4.704.

Este año, bajo el lema: «Unidos para poner fin a la Tuberculosis», la OMS destaca que unidos:

  • podemos prevenir la tuberculosis para contribuir a aliviar la pobreza
  • podemos mejorar el diagnóstico, el tratamiento y la curación
  • podemos poner fin a la discriminación y al estigma
  • podemos impulsar la investigación y la innovación

El farmacéutico y la oficina de farmacia tienen una gran responsabilidad en estas acciones, ya que puede participar de forma muy significativa tanto en la prevención y control de la Tuberculosis como en el seguimiento del tratamiento y curación; así como su labor fundamental en la investigación e innovación en esta materia.

El farmacéutico como profesional de la salud pública

El elevado número de personas que acude a las oficinas de farmacia y la disponibilidad del farmacéutico hace que se constituyan como un pilar de la salud pública. Más allá de la detección de posibles pacientes y su derivación al médico, el farmacéutico es decisivo a la hora de mejorar el conocimiento de la enfermedad por parte de la población general, lo que permite el control de la diseminación de la infección tuberculosas y afrontar situaciones de discriminación y marginación que son sanitariamente injustificadas y socialmente inaceptables.

Labor asistencial del farmacéutico

Además de la información sobre la enfermedad, su detección y las medidas higiénico-sanitarias más adecuadas, la quimioprofilaxis y la terapéutica de la tuberculosis activa, el farmacéutico hace un seguimiento farmacoterapéutico, en coordinación con el médico, fundamental para la mejora del paciente, ya que el abandono del tratamiento antituberculoso supone una barrera importante para el control de la enfermedad.

Con este seguimiento farmacoterapéutico, fundamentalmente se persiguen los siguientes objetivos:

  • Colaborar con el médico, invitando al paciente a cumplir con todas las especificaciones recibidas, tanto desde el punto de vista posológico como de duración del tratamiento.
  • Recordar al paciente la importancia de cumplir el calendario prefijado de visitas al médico.
  • Aleccionar permanentemente sobre la importancia de cumplir estrictamente el tratamiento prescrito, tanto para garantizar la resolución definitiva de la tuberculosis como para evitar la formación de resistencias, que incidiría en la aparición de fracasos terapéuticas o de recaídas.
  • Establecer cuantas medidas se consideren pertinentes para detectar el cumplimiento del tratamiento prescrito.
  • Ayudar a detectar y registrar, cuando proceda, la aparición de eventos adversos potencialmente relacionados con el tratamiento (o con la propia enfermedad).
  • Los fármacos antituberculosos son capaces de provocar interacciones con numerosos medicamentos.